Tenerife es una isla plena de magníficos lugares que nos ofrecen algo único: su puesta de sol. Reflejándose en el océano, el cielo desvela unas hipnóticas sombras doradas, rosas, naranjas, rojas y púrpuras, mientras el sol desaparece lentamente detrás de La Gomera deseándonos buenas noches. ¿Acaso necesitas más?
Pero una cosa es disfrutar de este glorioso momento desde la playa, el balcón, la ventana de tu casa o uno de los restaurantes o terrazas que abundan en Tenerife, y otra totalmente distinta es experimentar la puesta de sol encima de las nubes, en lo alto del Teide. ¿Aún no sabías que podías hacerlo? Mm, pues sigue leyendo. Porque para ser totalmente honestos, señoras y señores, ver cómo desaparece el sol desde la cima del Teide no tiene ni punto de comparación con ningún otro atardecer que hayas visto antes…
Desde que empiezas el ascenso, podrás disfrutar de algunas de las imágenes más espectaculares e idílicas del monte tinerfeño. A lo largo del camino hay muchos puntos donde poder parar para obtener imágenes inolvidables. Y cuando has dejado las nubes atrás, ya estás cerca de la estación de salida del teleférico, dentro del Parque Nacional las Cañadas del Teide, el más visitado en Europa.
Al subir, podrás disfrutar de la puesta de sol desde uno de los puntos de observación en Chío, con una copa de champagne, rodeado de paz y lo mejor de todo, como no hay cobertura, ningún sonido de teléfono que venga a estropearte el momento (ya podrás subir las imágenes a Facebook más tarde). Todo lo que necesitarás es concentrarte en la escena, lo cual, aunque suene un poco raro (y no descartamos que el efecto cálido y tranquilizante de las burbujas de champagne tengan algo que ver) es casi una forma de meditación. Y si eres afortunado, lo cual es bastante probable por estas tierras, mientras cae el sol no solo verás La Gomera sino también La Palma e incluso El Hierro.
Si el tiempo lo permite, algunos días tendrás la opción de subir aún más en el teleférico hasta llegar a la base del cráter del Teide y observar la puesta de sol desde allí. Si no hay demasiado viento y el teleférico cumple con sus salidas regulares, te aseguramos que las vistas desde arriba valdrán la pena, ya que la gigantesca sombra del Teide es una visión que difícilmente se podría resumir en palabras, quedando en tu memoria para siempre.
Después de esta experiencia, la hayas vivido donde la hayas vivido, tu estómago estará más que preparado para el festín que te espera en la estación del teleférico. Un menú fabuloso y un distendido cóctel te aguardan, el cual incluye platos locales como carne fiesta (cerdo sazonado), bolas de gofio (cereal típico canario), carne de cabra, quesos, las famosas papas arrugadas (papas cocidas con piel y saladas) con los tradicionales mojos rojo y verde, fritos de plátano canario y, por supuesto, vino local.
Una vez terminada la cena, es el momento de ser testigos de otro de los shows que nos ofrece la naturaleza en Tenerife: observar las estrellas. Con la ayuda de potentes telescopios, los guías te explicarán y mostrarán las constelaciones de forma que aprenderás mucho sobre el universo que te rodea. El limpio e impoluto cielo que se encuentra sobre el Parque Nacional del Teide es famoso en el mundo entero por su inexistente contaminación lumínica, lo que te permitirá observar más estrellas que en ninguna otra parte. La Vía Láctea, la estrella del Norte y dependiendo de la época del año en que lo visites, muchas más constelaciones con su fascinante historia que contar.
Cautivadora, espiritual y única, esta es una de las experiencias que te recomendamos como imprescindible al menos una vez en la vida, ya seas un turista de paso en Tenerife o un residente permanente.
Pero hay tres pequeños consejos que nos gustaría darte para hacer tu experiencia aún más perfecta. Por favor, tenlos muy en cuenta:
1. No importa lo calentito que esté el sol y lo a gusto que estés a las seis de la tarde. Aunque sea imposible imaginarte abrigado en Tenerife, te aseguramos que encontrarás mucho frío en las cumbres. Una gruesa chaqueta y pantalones largos son imprescindibles.
2. Elige con mucho cuidado tu calzado. Y tómate este consejo muy en serio, sobre todo viniendo de alguien que subió con chanclas. El terreno montañoso y las bajísimas temperaturas no son nada recomendables para pies descubiertos. Y nada de tacones, claro. Un tobillo roto no es la clase de recuerdo de vacaciones que te recomendamos…
3. Carga tu cámara. Y por supuesto, no la olvides. Recuerdo una pobre pareja que llevó la cámara consigo pero se olvidó de cargarla. Y te aseguramos que ni siquiera el último iPhone o Android podrán hacer justicia a las increíbles imágenes que llegarás a ver.