13 señales de que el verano está a la vuelta de la esquina
Si la primavera la sangre altera, el verano directamente la transforma. Incluso meses antes de que llegue la estación favorita de muchos, su presencia inmediata se hace notar con los cambios sutiles que vamos incorporando a nuestro estilo de vida. A la lista de locuras que hacemos una vez se avecina el verano, debemos añadir todos los planes que pretendemos hacer pero que al llegar la hora de la verdad no conseguimos marcar como “hechos”. En Tenerife, gracias al buen tiempo que nos acompaña durante todo el año, tenemos la suerte de contar con un poco más de margen para realizar nuestros planes veraniegos, pero aquí te dejamos una lista de cosas que seguramente gran parte de la población hará durante los próximos meses, o no.
Aquí tienes algunas de las señales que indican que el verano está al caer y que muchos de nosotros viviremos durante las próximas semanas. Échale un vistazo y haz un auto-diagnóstico, ¿sufres tú de veranitis?
- De repente recordamos que tenemos pies
Sí, esa parte imprescindible del cuerpo humano que durante los meses de invierno nos limitamos a tapar con calcetines gruesos. Ahora tenemos que enfrentarnos a la dura realidad de que, si queremos pasarnos el resto del verano en cholas, por el bien de todos, debemos darles algo de mimo.
- Saca la leña que nos vamos de chuletada
O lo que es lo mismo, de barbacoa. Pasar un día en el monte sabiendo que no va a llover siempre es una buena idea, lo que no lo es tanto es nuestro empeño por intentar poner sobre el fuego todo tipo de comida que creemos que quedará bien a la parrilla. Te ahorramos el experimento: el tofu, cuanto más lejos de una barbacoa, mejor.
- Nos pegamos el día en ropa interior
Eso en el mejor de los casos. Como personas civilizadas somos conscientes de que al salir de casa tenemos que ponernos ropa, aunque sea escasa, pero eso no nos impide que cuando volvamos nos deshagamos de cualquier prenda (cuanto más rápido mejor) para echarnos en el sofá al lado del ventilador o aire acondicionado.
- Leemos y hacemos listas para que no se nos escape nada
Sí, nos encantan las listas, sobre todo las que están llenas de cosas divertidas que podemos hacer durante los meses más divertidos del año. Para que no se nos quede fuera ningún plan incluso buscamos listas confeccionadas por otra gente para mayor inspiración. Posiblemente no dé tiempo de hacer ni la mitad, pero bueno, que por listas no sea.
- Sacamos a relucir nuestra devoción por las cholas
Cholas para ir a la playa, cholas para ir a dar un paseo y sí, cholas para ir a cenar. De repente parece que no existe otro calzado y nos hacemos con este elemento veraniego en todos los colores, sin olvidar las cholas que tienen brillantina y piedras para darle un toque de glamour a nuestros conjuntos. Símbolo absoluto del verano, podremos encontrar postales y todo tipo de souvenirs en forma de chola.
- Nos prometemos que comeremos sano
Pero nos olvidamos de otro elemento que va de la mano con el verano, ¡el helado! Nos imaginamos comiendo una sandía en la playa pero cuando llega el momento apetece más un cóctel bien fresquito. ¿Quién se puede resistir a lo monos que son con sus adornos y a su refrescante sabor? Sin mencionar lo bien que nos sentimos después de tomarnos un par de ellos.
- Estamos convencidos de que haremos deporte todos los días
La intención es lo que cuenta, ¿no? Aunque salir a correr todas las tardes puede ser el plan perfecto para muchos, nosotros disfrutamos más tomándonos un mojito al sol viendo cómo otros se ponen en forma. Si al menos los músculos se contagiasen…
- Renovamos armario meses antes de poder estrenar algo
A pesar de que en el cielo predominen las nubes en vez del sol, tú no te has podido resistir a ese vestido de flores y te has comprado esas sandalias que sabes que quedarán geniales con los pantalones de lino que viste la semana pasada. Aunque posiblemente tendremos que esperar varias semanas antes de estrenar dichas prendas, algo tendremos que ponernos para darle la bienvenida al verano, ¿no?
- Ya sabemos todos los libros que vamos a leer
Aunque no lo hagamos normalmente, tenemos la extraña esperanza de que durante los meses en los que brilla el sol, sumado al hecho de que se terminan las temporadas de nuestras series favoritas, vamos a sacar el tiempo para leer todo aquello que no hemos leído durante el resto del año. Al menos lo intentaremos, ¿no?
- Nos creemos futuros maestros del bricolaje y de la cocina
La única razón por la que no hemos salido aún en Masterchef no es porque cada vez que intentemos hacer una receta nueva termine en desastre total sino por la falta de tiempo. Ahora con las vacaciones tenemos claro que con tanto tiempo libre dominaremos cualquier técnica culinaria, ¿y qué decir de las tareas de bricolaje que vamos a realizar? Dignas de Hogarmanía, como mínimo.
- Pretendemos pasar más tiempo con la familia
Parece una tarea bastante sencilla y por ello la llevamos a cabo, pero de golpe nos damos cuenta de por qué el resto del año no la vemos tan a menudo. La familia, aunque muy querida, puede ser más llevadera si la vemos solo de vez en cuando.
- Nos creemos profesionales de la fotografía
Hagamos lo que hagamos durante las vacaciones, que no falte como mínimo una foto para las redes sociales. Ya sea un simple sándwich de jamón y queso, si le aplicamos un filtro y lo colocamos estratégicamente para que se vea el mar de fondo, puede ser toda una obra maestra. O por lo menos una foto del montón que le recuerde a nuestros amigos virtuales que nosotros estamos de vacaciones, aunque ellos no.
- Planeamos pasar todos los días al aire libre
Llega el esperado buen tiempo así que tenemos que aprovecharlo al máximo pasando la mayor parte del día al aire libre. Hasta que nos damos cuenta de que odiamos echarnos crema de sol constantemente y lo molesto que pueden ser los mosquitos, claro. Sin mencionar que estando fuera nos damos cuenta de que hace mucho más calor de lo que imaginamos cuando estábamos dentro en ropa interior al lado del ventilador. Si es que a veces estar fuera parece mejor desde dentro…